Meditando en la Gracia del Señor
“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos
vosotros. Amén.”
Leyendo Filipenses cap. 4, tocó mi corazón este último
versículo (ver. 23) en el cual está
contenida una gran realidad. Notemos que en cada epístola el Apóstol Pablo
siempre menciona en su despedida la Gracia y la Verdad, por supuesto que esto
tiene una razón de ser. Sabemos que necesitamos siempre la Gracia de nuestro
Señor Jesucristo para ser salvos, pero también, es indispensable para poder seguir
en el Camino de la Verdad, además, que es necesaria para ser santificados,
entendiendo (sin desviarnos del tema) que la santificación es un proceso
generado por la Gracia de nuestro Dios y la obra directa del Espíritu Santo trabajando
en nosotros. Podemos ver la Gracia en diferentes situaciones, ejemplo: Cada
paso que avanzamos en el camino del Señor, en el ministerio; cuando crecemos
espiritualmente, cuando el fruto del Espíritu abunda en nosotros, etc. Aun yendo mas allá, cuando
exponemos nuestra vida a burlas, injurias y hasta la muerte, eso no proviene de
nosotros mismos, si no, de la Gracia del Señor concedida a nuestras vidas.
Recuerdo las Palabras del Apóstol Pablo:
1Co 15:10 Pero por la
gracia de Dios soy lo que soy; y su
gracia no ha sido en vano para conmigo,
antes he trabajado más que todos ellos;
pero no yo, sino la gracia de
Dios conmigo.
Pablo reconocía perfectamente que todo el esfuerzo, los
desvelos, ayunos y todo lo que había realizado, no era por el sino por la Gracia
de Dios actuando en él.
Meditemos en que nada, absolutamente nada es meritorio de
nosotros, todo lo que somos ha sido otorgado por su infinita Gracia, alcanzando
a entender esto, podremos darle toda la gloria que pertenece solamente a Él, dejaremos
de lado la soberbia y la jactancia humana.
Piensa en esto y que la Gracia de Dios nos otorgue el
entender la magnitud de esta Sublime Gracia
Titulo: Oh Bendita Gracia del Señor
Oh Bendita Gracia del Señor
Exclama mi corazónQue a un Vil Pecador
Otorgo el Perdón
Oh bendita Gracia del Señor
Después que me salvo
Me capacita para vivir en Su Amor
Oh bendita Gracia del Señor
Que me hace instrumento
Para llevar y hablar de Su Amor
Bendita, bendita, bendita Gracia de mi Dios
Cuan indigno soy
Ha convertido a un enemigo
En hijo de Su Amor
Gracias mi Dios
Por tu inefable Gracia.
La Jactancia queda excluida
La arrogancia abatida
El orgullo aplastado
La Gracia del Señor me ha Salvado
Canta Alma mía
Al que te dio la Vida
Desbórdate de adoración
Al Dios que te otorgo el Perdón
Dios les Bendiga
Atte. Su Amigo y Hno. Edgar Korak Bigurra Grappín
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