Comentario al Evangelio de S. Juan Cap 2 vers.1al 4





Juan 1:2  Este era en el principio con Dios.

La Comunión eterna de la Trinidad

Prov 8:27-30

Juan 1:3  Todas las cosas por él fueron hechas,  y sin él nada de lo que ha sido hecho,  fue hecho.

1Co 8:6  para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

Col 1:16  Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Col 1:17  Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

Heb 1:3  el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

Heb 2:10  Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

William  Hendriksen en su comentario al Evangelio de San Juan nos dice:

“Aquí se hacen resaltar dos hechos: a. que el mismo Cristo no fue creado; existía eternamente (para expresar este pensamiento se emplea cuatro veces el tiempo imperfecto en los versículos 1 y 2); y b. que todas las cosas (contempladas distributivamente, una a una sin ninguna excepción) fueron creadas por él (aquí se hace uso del aoristo).”


Juan 1:4  En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Dice en él, no dice a través de, por lo tanto queda claro que la vida ha estado siempre  en el Verbo, es decir, este Verbo no reflejaba la vida de Dios, sino en Él mismo residía la Vida
Juan 11:25  Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

Juan 5:26  Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;

Juan 6:48  Yo soy el pan de vida.

Juan 6:53  Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

¿A que vida se refiere el apóstol Juan aquí? Se refiere principalmente a la vida espiritual, pero con el entendido que el principio de vida física emana de aquí. Cito el William Hendriksen:

De todo esto parece evidente que el término se refiere básicamente a la plenitud de la esencia de Dios, a sus gloriosos atributos: santidad, verdad (conocimiento, sabiduría, veracidad), amor, omnipotencia, soberanía. Esta vida completa y bendita de Dios ha estado presente en el Verbo desde la eternidad y a través de toda la antigua dispensación: ‘En él estaba la vida’.
Pero aunque esta vida como es absolutamente espiritual y no hay en ella nada de carácter físico, ella es, sin embargo, la causa, fuente, o principio de toda vida, tanto física como espiritual.”

El Verbo es el Verbo Viviente o como dice Juan en su primera Carta El Verbo de Vida:

1Jn 1:1  Lo que era desde el principio,  lo que hemos oído,  lo que hemos visto con nuestros ojos,  lo que hemos contemplado,  y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida
1Jn 1:2  (porque la vida fue manifestada,  y la hemos visto,  y testificamos,  y os anunciamos la vida eterna,  la cual estaba con el Padre,  y se nos manifestó);

Citamos el diccionario de VINE para definir la Palabra Griega que se traduce Vida aquí:

zoe (ζωή) (castellano, zoo, zoología) se emplea en el NT «de la vida como un principio, vida en el sentido absoluto, vida como la tiene Dios, aquello que el Padre tiene en sí mismo, y que Él dio al Hijo encarnado que tuviera, vida en sí mismo (Joh_5:26), y que el Hijo manifestó en el mundo (1 Joh_1:2). El hombre ha quedado alienado de esta vida a causa de la caída (Eph_4:18), y de esta vida los hombres llegan a ser participantes mediante la fe en el Señor Jesucristo (Joh_3:15), que viene a ser su autor para todos los que confían en Él (Act_3:15), y que por ello es designado como «la vida» del creyente (Col_3:4), porque Él mantiene la vida que Él da (Joh_6:35,63). La vida eterna es la posesión presente y real del creyente debido a su relación con Cristo (Joh_5:24; 1 Joh_3:14). Que un día extenderá su dominio a la esfera del cuerpo queda garantizado por la resurrección de Cristo (2 Cor 5.4; 2Ti_1:10). Esta vida, sin embargo, no es simplemente un principio de poder y animación, porque tiene asociaciones morales inseparables de ella, como la santidad y la rectitud. Muerte y pecado, vida y santidad, se encuentran frecuentemente contrastadas en las Escrituras. »Zoe se emplea también de aquello que es la posesión común de todos los animales y hombres por naturaleza (Act_17:25; 1 Joh_5:16), y de la presente peregrinación del hombre sobre la tierra con referencia a su duración (Luk_16:25; 1 Cor 15.19; 1Ti_4:8; 1Pe_3:10). «Esta vida» es un término equivalente a «el evangelio», «la fe», «cristianismo» (Act_5:20)» (de Notes on Galatians, por Hogg y Vine, pp. 324-325). La muerte entró por el pecado (Rom_5:12), que es rebelión contra Dios. Así, el pecado involucraba la pérdida de la vida. «La vida de la carne en la sangre está» (Lev_17:11). Por ello la impartición de vida al pecador tiene que ser hecha mediante una muerte causada por el derramamiento de aquel elemento que es la vida de la carne. «La sangre, en virtud de ser la vida, es la que hace expiación» (id., VM). La separación de Dios causada por la pérdida de la vida podía ser resuelta solo mediante un sacrificio en el que la víctima y el ofrendante quedaran identificados. Aquello que estaba dispuesto en las ofrendas típicas de Israel tuvo su pleno cumplimiento en el voluntario sacrificio de Cristo. El derramamiento de la sangre, en el lenguaje de las Escrituras, involucra el quitar o entregar la vida. Por cuanto Cristo no tenía pecados propios por los cuales morir, su muerte fue voluntaria y vicaria (Joh_10:15 con Isa_53:5, 10,12; 2 Cor 5.21). En su sacrificio Él soportó el juicio divino debido al pecado del hombre. Por medio de ello el creyente queda identificado con Él en su vida inmortal, por medio de su resurrección, y goza de una comunión consciente y eterna con Dios.



luz. Jesús se llama a sí mismo la luz del mundo (8:12), y Juan describe la misma esencia de Dios como luz (1 Jn 1:5). El término aquí describe la naturaleza divina de Cristo y su pureza libre de pecado.

JFB —todo lo que en los hombres es la verdadera luz: la ciencia, la integridad, la inteligencia, la sujeción voluntaria a Dios, el amor a él y a sus semejantes, la sabiduría, la pureza, el gozo santo, la felicidad racional; toda esta “luz de los hombres” tiene su fuente en la “vida” esencial original del “Verbo”. (1Jo_1:5-7; Psa_36:9).

Nos dice Vine:

«Primariamente, la luz es una emanación luminosa, energética, de ciertos cuerpos, lo que posibilita al ojo discernir la forma y color de ellos. La luz exige un órgano apto para recibirla (Mat_6:22). Cuando no hay ojos, o cuando la vista ha quedado imposibilitada por cualquier causa, la luz no tiene utilidad. El hombre, en su condición natural, es incapaz de recibir la luz espiritual, por cuanto carece de capacidad para discernir lo espiritual (1Co_2:14). Por ello, los creyentes reciben el nombre de «hijos de luz» (Luk_16:8), no solo por haber recibido una revelación de Dios, sino que mediante el nuevo nacimiento han recibido la capacidad espiritual para ella. »

1Jn 1:5  Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.

JFB “Dios es luz—Lo que la luz es en el mundo natural, Dios, fuente también de la luz material, lo es en el mundo espiritual, la fuente de sabiduría, de pureza, de hermosura, de gozo y de gloria. Toda la vida y el crecimiento materiales dependen de la luz, así toda la vida y crecimiento espirituales dependen de Dios. Como Dios aquí, así Cristo en el 2:8, se llama “la luz verdadera.” ningunas tinieblas—Negación fuerte: no hay tinieblas algunas, nada de tinieblas: ni ignorancia, ni error, ni falta de veracidad, pecado ni muerte. Juan oyó estas cosas de parte de Cristo, no sólo en palabras expresas, sino también en hechos reveladores; es decir, toda su manifestación en la carne, como “el fulgor de la gloria del Padre.” Cristo mismo fué la encarnación del “mensaje”, que representa plenamente en todos sus dichos, hechos y padecimientos, a aquel que es la Luz.”

BL95 “Primer criterio para saber si andamos en la luz ¿nos apartamos del pecado? Aquí Juan quiere rebatir a algunos que decían por ser cristianos estamos ahora unidos a Dios, ya no importan los pecados que puede cometer el cuerpo. Juan afirma que, si uno se decide por Dios, no puede seguir entregándose al pecado. Es cierto que nadie está sin pecado y todos necesitamos de la salvación de Cristo; pero el mismo perdón nos obliga más a alejarnos del pecado.   Juan nos invita a confesar a Dios nuestros pecados es decir, a reconocerlos humildemente ante él, confiados en su bondad.”


En este versículo 4 encontramos las dos palabras claves del Evangelio de Juan “ Vida y Luz”. La Palabra Vida (Zoe) aparece mas de 35 veces y el verbo vivir o tener vida (Zen) más de 15.  Luz aparece 21 veces Junto con Creer que aparece mas de setenta veces en este evangelio.

“la vida era la luz de los hombres.” Juan 1:4b
Recordamos que el Inicio del Evangelio de Juan es muy similar al Génesis veamos los versículos 3 y 4:

Gen 1:2  Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Gen 1:3  Y dijo Dios: Sea la luz;(A) y fue la luz.
Gen 1:4  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

El verbo ( Logos) es la luz que disipa las tinieblas del error y descubre el caos del pecado en la Vida del Hombre. Asi mismo es la Vida de todo ser, es decir , de El emana la vida para todo ser vivo. Aunque como ya vimos el punto principal esta en la vida espiritual.

Mark Hendriksen nos dice:
“Cuando la vida se manifiesta se llama luz, ya que la característica de la luz es resplandecer. Desde la caída, que ya está implícita en la última cláusula del versículo 4, aquella luz fue anunciada a los hombres. La humanidad se caracterizaba por las tinieblas, la maldad y el odio, todo lo cual es lo opuesto de la luz. Durante la antigua dispensación se proclamó a los hombres (especialmente a Israel; véase la explicación de los versículos 10, 11) el amor y la verdad de Dios en Cristo. Amor y verdad son sinónimos de luz, (véase 3:19–21 tanto para sinónimos como para antónimos; también 1 Jn. 2:8–10.) Por supuesto, no debemos limitar el significado del término luz a estos dos atributos únicamente (amor y verdad); éstos más bien representan todos los atributos de Dios. En la obra de la salvación todos los atributos divinos se mostraron. Fueron proclamados a los hombres pecadores.”

Como dice el salmista:
Sal 119:105
Nun
Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.

2Ti 1:10  pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,

Apo 22:5  No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará;(D) y reinarán por los siglos de los siglos.(E






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